Ruta circular por Sierra Pelada y Torcal Bajo desde el Nacimiento de La Villa

Punto de encuentro recomendado: explanada a la anetrada de la pista asfaltada junto a las ruinas de la Ventilla, extremo oeste del lago grande, a penas a 300 m de la Venta el Molino Blanco (carretera Antequera-El Torcal, a 800 m del camping El Nacimiento de La Villa.
Entorno: Paraje natural Torcal de Antequera
Pueblos de referencia: Antequera
Cómo llegar al punto de encuentro:
Si venimos por la A-92 u otras zonas del interior la referencia es Antequera, donde antes de llegar ya nos encontramos con señales indicativas del Torcal que nos orientan hacia la comarcal 3310 a Villanueva de la Concepción. Dejaremos a nuestra derecha el desvío hacia el Valle de Abdalajís, continuamos dirección al Torcal y Villanueva de la Concepción, pasando junto a varias ventas de carretera, justo después de dejar a nuestra izquierda la venta EL MOLINO BLANCO, veremos el inicio de una pista asfaltada a la derecha que tomaremos, aparcando en la explanada que se encuentra a unos 50 m  mas allá en el margen derecho. Éste es el inicio y final de ruta.
Si venimos desde la costa, la mejor opción es tirar por la autovía de Las Pedrizas y poco después de dejar atrás el 2º túnel tomamos el desvío para entrar en Casabermeja, desde donde enlazamos con la carretera local que se dirige a Villanueva de la Concepción, localidad por la que tenemos que pasar.
Unos seis kilómetros mas allá llegamos al desvío que nos indica centro de visitantes a la izquierda, que ignoraremos, continuando en dirección a Antequera. Iniciando un descenso de unos 5 km. Después de dejar atrás las tortuosas curvas del puerto de "La Boca del Asno", ya al final de la bajada, a nuestra izquierda nos encontramos con la entrada del camping EL NACIMIENTO DE LA VILLA y 800 m mas allá a la izquierda de la carretera, veremos el inicio de una pista que tomaremos, aparcando en la explanada que se encuentra a unos 50 m  mas allá en el margen derecho. Éste es el inicio y final de ruta.
Distancia aprox.  17 km
Desnivel acumuladosubida 800 m
Punto de partida:ruinas La Ventilla, junto al lago oeste del Nacimiento de la Villa (aprox. 590 m)
Punto mas elevado:Vértice geodésico de Sierra Pelada (1.184 m)
Tiempo aprox.  6-7 horas (contando con paradas).
Nivel dificultad:medio-bajo, salvo la ascensión por la chimenea al inicio de la ruta, tramo corto, pero muy intenso, no apto para personas acostumbradas a rutas de montaña, progresando por terrenos muy empinados.
Tipo suelo:83 % senderos de cabra y caminos antiguos, 15 % pista y 2% vereda empedrada en la bajada del puerto de la Escaleruela.
Tipo de recorrido: circular en el sentido de las agujas del reloj.
Mapa: IGN Valle de Abdalajís
Fecha y meteorología: miércoles 27 de noviembre de 2013. Comenzaba la mañana despejada, con nubes de evolución que fueron yendo a mas, hasta convertirse en nubarrones, la lluvia nos acompañó desde la bajada del puerto de la Escaleruela hasta poco antes de llegar al Nacimiento de La Villa.
Participantes: desde Ronda vino Jorge “El Titán del Guadalevín” y desde distintos lugares de la Costa del Sol: Ilse “la gacela de la Selva Negra”, Eduardo “El Padre carras”, Eduardo “El Último Samurai”, Juan Antonio Villalba “El Corsario de Sierra Almijara” en labores de guía aprovechando sus recientes conocimientos adquiridos la pasada primavera por todas las zonas existentes entre Antequera y el Torcal y un servidor.
A tener en cuenta:
1º) Si el día se presenta lluvioso hay que descartar esta ruta, sobre todo por lo peligroso que puede resultar el acceso por la chimenea.
2º) La mayor parte de la ruta discurre por un terreno muy rocoso que requiere de botas de trecking.
3º) Ni que decir tiene que esta ruta es perfectamente ampliable al Torcal Alto, ya dependiendo de tiempo disponible, ritmo del grupo y conocimientos cartográficos de la zona.
1ª parte, La ascensión por la Chimenea
Una vez en la explanada donde dejamos los coches, la primera pregunta que surge es “¿cómo coño se puede llegar allí arriba?”. Unas balizas cercanas nos indican: al nacimiento de La Villa (ESTE): 800 m y a Los Navazos (OESTE): 5,3 km, pero nosotros no debemos dirigirnos a ninguno de esos dos lugares. Nuestra referencia es una caseta a los pies de la ladera, distante a unos 200 m nuestra, que es hacia nos debemos dirigir, porque de sus inmediaciones parte un senderillo de cabras que ya podemos contemplar desde la distancia como va ascendiendo perpendicularmente a la ladera de NO a SE, mediante el cual podemos ir ganando altura de forma muy progresiva, calentando motores poco a poco.
A través de esta senda de cabras, vamos a atravesar dos pequeñas pedreras, que se inician en dos chimeneas que tenemos por encima y que nos pueden hacer dudar de si ya es el momento de iniciar la ascensión directa. Pero no es así, es mas, llega un momento en que el sendero deja de ganar altura y se limita a faldear, las dos chimeneas mas evidentes han quedado atrás, el sendero cada vez mas tenue, no sólo ya no asciende, sino que parece que empieza a perder altura. 
Éste es el punto en que lo debemos abandonar, mientras que nosotros seguimos manteniéndonos sobre la misma curva de desnivel o incluso vamos ganando altura de vez en cuando, con los tajos en todo momento, a nuestra derecha, hasta que llega un momento en que vemos una chimenea mas modesta que las anteriores y aparentemente con la pendiente mas suave. 
Ésta es nuestra chimenea, de hecho la última que ya nos encontramos en nuestra trayectoria, tal y como vamos ascendiendo la pendiente se va haciendo cada vez mas dura, llega un momento en que se hace necesario el uso de las manos, para progresar porque hay tramos que no llegan a trepadas, pero si a grandes escalones, a veces de casi 1 m de altura, donde el uso de las manos nos ayuda a ir superándolo y por supuesto a asegurarnos cada paso, pues algunos tramos son traicioneros con terreno resbaladizo y algunas piedras poco estable. Nada complicado para cualquier persona acostumbrada a rutas de montaña, campo través, pero donde cualquier persona no acostumbrada o que padezca vértigo lo puede pasar mal, porque los últimos 30 m de la chimenea son muy empinados y una caída hacia atrás nos puede hacer rodar muchos metros.
Eso sí, poco antes del final, la subida aunque siempre escalonada, se hace a modo de gradas donde ya volvemos a sentir la agradable sensación de pisar sobre suelo firme, volviendo a ganar en seguridad. Y al llegar arriba al subidón de adrenalina de haber ganando tanta altura en tan corta distancia, la peña de Los Enamorados asomando por encima de la pequeña sierra que tenemos a la espalda al norte;
La sierra del Conjuro de Archidona al noreste. 
Junto con la inusual visión al sur de Sierra Pelada y el Torcal bajo ante nosotros y mas a la derecha, oeste, el Torcal Alto y la colosal pirámide del Camorro Alto;
nos hacen sentirnos seres privilegiados ante un paisaje grandioso, pues aunque no estamos en ninguna cumbre el paisaje que nos rodea es grandioso y de una gran belleza donde las rocas calizas son las grandes protagonistas, pero también la vegetación rupícora.
2ª parte, Por sierra Pelada
Una vez superada la chimenea, tenemos dos opciones, por un lado podemos descender hacia la derecha oeste o suroeste con lo que entraríamos de lleno en el Torcal bajo, sin embargo, tal y como teníamos previsto, optamos por desviarnos a la izquierda dirección sureste orientando nuestros pasos hacia sierra Pelada. 
De hecho las antenas de repetición del Camorro de Los Monteses (1.185 m) ya asoman por encima de un monte cercano a cuyos pies debemos dirigir nuestros pasos descendiendo entre el roquedo de forma escalonada, hasta situarnos en un collado con un marcado sendero de cabras que tomaremos en dirección ESTE. 
Pivotando alrededor del mencionado monte que irá quedando en todo momento a nuestra derecha, al mismo tiempo que vamos  cambiando la dirección este por sureste, dejando a nuestra izquierda una gran mole caliza, al tiempo que vamos subiendo por un tramo de sendero muy empinado donde el barro de las pezuñas de las cabra ha dejado muy claro el trazado del sendero en la roca, 
llegando de nuevo a otro collado, que en esta ocasión nos conduce a una dolina, por la que caminamos a placer con un perfil prácticamente llano, con suave pendiente al final de la misma.
Una vez que llegamos al final de la dolina, merece la po¡ena asomarse a la izquierda con las debidas precauciones para asomarse al borde de los tajos que tenemos a nuestros pies, desde donde contemplamos lo que parece la cumbre de un pequeño tajo Gomer a nuestros pies.
Retomado el sendero lo que tenemos ante nosotros son vistas frontales hacia la dorsal peste de la sierra de Las Cabras, que irá quedando a nuestra izquierda, conforme giramos a la derecha, para cambiar nuestra trayectoria de sureste a sur;
remontando una redondeada loma por donde iremos ganando altura suavemente abriéndonos paso entre el accidentado suelo rocoso y el pastizal desde el que pronto comenzamos a distinguir el vértice geodésico de sierra Pelada, coronando lo que desde nuestra perspectiva se nos antoja como un pequeño cerro calizo, redondeado por su vertiente oeste, con un tajillo al este del vértice geodésico, hacia el que ya caminamos de forma muy directa.
Ni que decir tiene que al llegar a él, conviene hacerlo por su lado las redondeado, es decir el lado oeste, pero con las debidas precauciones, pues al colocarnos sobre su dorsal nos sorprenderá la caída vertical que tiene hacia el sur, coincidiendo con las canteras de la cara sur ya muy cercanas al inicio de la carretera de acceso al Centro de Visitantes. 
Después de tantísimas veces viniendo al Torcal, núnca había estado en esta cumbre, ni a penas había pisado sierra Pelada, la hermanita fea del Torcal, la gran desconocida de este paraje natural, que si bien carece de las llamativas formaciones imitativas, recompensa con creces la visita a la misma, con unas vistas espectaculares del entorno, tanto de una perspectiva muy poco frecuente del Torcal, como de una cercana y espectacular perspectiva de la sierra de Las Cabras al este.
Una vez realizada la correspondiente sesión de fotos en tan poco visitado vértice geodésico, encaminamos nuestros pasos hacia las cercanas antenas del Camorro de Los Monteses, dirección suroeste, dejando estos a unos 200 m a nuestra izquierda, por donde ya empezamos a encontrarnos con los famosos estratos horizontales conocidos como “Pilas de Bollos”;
tan característicos del Torcal, pasando junto a una gran nave abandonada.
3ª parte, Por el Torcal Bajo
Desde la mencionada nave abandonada, a buen seguro utilizada en su día para la explotación de las pequeñas canteras cercanas, tomamos una pista asfaltada, que al poco de iniciarla deja a la derecha un curioso abrigo rocoso de manual, que había visto fotografiado en algunas crónicas, sin tener muy claro hasta ese momento su ubicación exacta. 
Ni que decir tiene que no pudimos resistir la tentación de fotografiarnos junto a su entrada, para a renglón seguido retornar a la pista asfaltada, por donde avanzamos aproximadamente 1 km en dirección suroeste, por donde nos cruzamos con un 4x4 que venía en nuestra dirección, seguramente el de la persona encargada del mantenimiento de las antenas del Camorro de Los Monteses.
El Corsario, siempre en cabeza junto con El padre Carras y la Gacela de la Selva Negra, hizo un amago para adentrarse a la derecha, para adentrase de lleno en una zona aún menos conocida del Torcal bajo, por la que conectaríamos a la chimenea por la que habíamos subido unas horas antes y por la que obviamente podríamos regresar. Sin embargo, la temperatura era agradable y el tramo duro de ascensión ya había quedado atrás, así que los animamos a continuar por la pista que al final de un tramo muy rectilíneo, gira a la izquierda para acercarse a unas antiguas casetas desde donde ya se accede a la carretera de acceso al Torcal, que no llegamos a tocar en ningún momento.
De hecho, nosotros abandonamos esta pista a la derecha, para dirigirnos a un castillete que rodeamos por su vertiente sur y a partir de ese momento comenzamos a caminar en lo que el Corsario denominó la cornisa del Diablillo, pues tiene cierta similitud;
si bien en este caso bastante mas ancha y escalonada, de manera que el tránsito por ella resulta muy dócil y agradable, avanzando en paralelo a la carretera de acceso al Centro de Visitantes, que llevamos a la izquierda y el famoso pináculo por donde habían pasado los participantes de la última Edición del Jurásico “La cara Oculta del Torcal” frente a nosotros en la distancia;
pero claramente visibles, así como la Cañada Tosaires, que discurre a la izquierda de la mencionada carretera, hasta que enlazamos con la pista terriza por donde discurrió el tramo final de la última Edición del Jurásico;
tomando esta pista terriza a nuestra derecha, iniciando un suave ascenso, pasando por una sucesión de castilletes muy característicos del Torcal Alto, que a partir de ahora que comenzábamos a girar al noroeste quedaba a nuestra izquierda y el Torcal bajo, hacia el cual comenzábamos a adentrarnos, especialmente a partir del punto donde finaliza esta pista terriza, junto a grandes bloques de la explotación de antiguas canteras;
desde donde llegamos unos cinco minutos después al lugar conocido como Las Sepulturas, que distinguimos fácilmente por el tono rojizo de las rocas de su entorno, un antiguo corralón llama la atención formando un espacio despejado en medio del caos de rocas que lo rodea, así como la casa en forma de abrigo rocoso muy parecido al que vimos, unos 500 m al noroeste del Camorro de Los Monteses, también podemos apreciar una especie de hornos, parecidos a sepulturas antropomórficas, de donde le viene su actual denominación a este lugar, donde decidimos hacer la parada para el almuerzo montañero. 
El Corsario, La Gacela y El Padre Carras, tenían una hora tope de regreso por distintos motivos, así que comieron rápidamente y tras una breve despedida, salieron como alma que lleva el diablo hacia el puerto de la Escaleruela y desde allí retornar al inicio de la ruta completando una ruta circular de 18 km en unas seis horas, teóricamente el mismo camino que íbamos a seguir El Último Samurai, el Titán del Guadalevín y un servidor.
De hecho, nada mas terminar de almorzar, asegurándonos no dejar el mas mínimo rastro de basura a nuestro paso, ni nada olvidado por allí, nos pusimos en marcha en sentido inverso a la última Edición del Jurásico en marzo 2013, pero esta vez en vez de atravesar la corraleta y avanzar por un sendero que discurre paralelo a una alambrada y mas adelante llega a un caos de rocas y callejones ciegos con un par de pasos que se prestan a confusión. 
Partimos de los restos de un sendero que se inicia a la derecha de la casa (al noroeste de la misma) y avanza en paralelo a las grandes paredes de Las Vilaneras Altas, correspondientes al Camorro de las Siete Mesas que llevamos en todo momento a nuestra izquierda, de hecho, aunque difícil de apreciar desde nuestra posición arriba nuestra a nuestra izquierda se encuentra el Champiñón y la famosa cornisa del Diablo.
Sin duda alguna, este senderillo de cabras es mucho mas fácil de seguir que el que discurre unos 100 m mas a la derecha, que es recomendable evitar, vamos avanzando en paralelo a las Vilaneras Altas que llevamos a nuestra izquierda, hasta que un bosquete de chaparros y majuelos nos cierra el paso, desviándonos a penas unos 30 m a la derecha, pero intentando mantener en todo momento dirección predominantemente noroeste hasta enlazar con el gran corredor del Torcal Bajo;
que con perfil suavemente descentente y mas tarde mediante una gran llanura, donde solemos encontrarnos con algunas vacas,
nos lleva de forma plácida y muy directa hasta el puerto de la Escaleruela, llegando a los pies de la colosal pirámide del Camorro Alto, que se eleva majestuosa como si fuera el Monte del Destino (ver el Señor de Los Anillos).
4ª parte, del puerto de la Escaleruela al Nacimiento de La Villa
Una vez en el puerto de la Escaleruela, iniciamos el descenso por su peculiar vereda empedrada, que zig-zagea dejando a nuestra espalda la espectacular dorsal ESTE del Camorro Alto, que íbamos fotografiando a nuestra espalda, cada pocos metros, las vistas que obtenemos desde aquí son grandiosas, así como la visión parcial de la localidad de Antequera en el sentido de la marcha,
pero los oscuros nubarrones sobre nosotros amenazaban de lluvia y de hecho, llegando abajo del puerto de la Escaleruela, donde nos encontramos con algunas viejas balizas al inicio del llano, exactamente igual que nos ocurrió en mayo de 2008, comenzó a llover.
Las indicaciones de mi buen amigo El Corsario, que en la pasada primavera se había pateado aquella zona bastante, eran claras respecto al camino a seguir, que según me había dicho consistía en tomar la pista por la que discurre el SL A-22, carretera Valle de Abdalajís-Camorro Alto-Los Navazos y un km después tomar el ramal de pista a la derecha que de forma directa lleva hasta el Nacimiento de la Villa. Pero aquel día yo tenía gana de probar cosas nuevas. Al igual que el Último Samurai y el Titán del Guadalevín, por lo que nos aventuramos a tomar el sendero terrizo que desde allí mismo parte a la derecha, dirección ESTE;
llevando en todo momento los tajos y laderas de la cara norte del Torcal a nuestra derecha y una vieja alambrada a la izquierda, en suave descenso todo el tiempo, sin mas hitos que las ruinas de un gran corralón a la derecha y un kilómetro y medio después una cruz de hierro con las iniciales AC a ras de suelo. En total, algo mas de 3 km desde los pies del puerto de la Escaleruela hasta el Nacimiento de la Villa, coincidiendo perfecto, pues justo a la altura de los coches, la alambrada que hasta aquí nos había acompañado a nuestra izquierda, tenía una angarilla, que dejando siempre cerrada a nuetro paso, nos dejó justo ante la explanada donde ya teníamos nuestros vehículos.

Completando de esta manera una preciosa y muy poco frecuentada ruta circular que a excepción del repechón inicial por la chimenea es muy disfrutona y paisajísticamente espectacular tanto por el entorno mas cercano como por las magníficas vistas de las sierras colindantes e incluso otras mas lejanas.